

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata quedó en el centro de una disputa institucional entre Nación, Provincia y Municipio, a pocas semanas de su edición número 40. La polémica gira en torno a la continuidad del Teatro Auditorium como sede principal del certamen.
En un comunicado oficial, el complejo cultural aseguró que “se encuentra a disposición para la realización del mismo” y recordó que su sala principal fue escenario de las 39 ediciones anteriores, consolidándose como “la locación e imagen emblemática de uno de los mayores acontecimientos culturales de la Argentina”.
La aclaración del teatro surgió luego de versiones que ponían en duda su rol como sede de competencias y ceremonias. Desde la institución confirmaron que las fechas del Centro de las Artes están reservadas exclusivamente para el festival, que se celebrará del 6 al 16 de noviembre.
“Sería lamentable que un acontecimiento de tal envergadura pierda su escenario natural o vea comprometida su condición de Festival Clase A”, remarcaron en el documento.
El trasfondo exhibe una compleja trama política e institucional. El Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, del que depende el Auditorium, mantiene conversaciones con la Dirección Artística encabezada por Gabriel Lerman y con el INCAA, bajo la órbita nacional.
Al mismo tiempo, el Ente Municipal de Turismo y Cultura de Mar del Plata intervino con gestiones y cartas documento para garantizar “la adecuada instrumentación” de la competencia, lo que evidenció el cruce entre los tres niveles de gobierno.
La necesidad de coordinación entre Nación, Provincia y Municipio se volvió urgente, ya que cualquier conflicto sobre la sede podría afectar la proyección internacional del único festival Clase A de Latinoamérica. Con el antecedente de 39 ediciones consecutivas en el Auditorium, la edición 40 busca sostener la tradición y blindar su relevancia cultural.