El intendente de Tandil, Miguel Lunghi, sufrió una derrota inédita tras 22 años de hegemonía política en la ciudad. Su espacio, Somos Buenos Aires, quedó tercero en las elecciones locales con apenas 14,21%, muy lejos de Fuerza Patria, que se impuso con 35,21%, y de La Libertad Avanza, que obtuvo 34,94%.

El encargado de salir a dar la primera explicación pública fue el secretario de Gobierno, Miguel Lunghi (hijo), quien aseguró que el oficialismo no bajará los brazos. “Vamos a revertir la situación y vamos a presentarnos como corresponde, competitivamente en el 2027”, afirmó, destacando que la gestión continuará en pie durante los próximos dos años de mandato.

Las causas de la derrota según el oficialismo

El funcionario consideró que la caída electoral fue “multicausal”, con incidencia tanto de la coyuntura nacional como de problemas locales de gestión. Adelantó que realizarán un análisis detallado “circuito por circuito” para detectar los errores y corregirlos antes de la próxima contienda.

En su balance, Lunghi defendió al candidato oficialista, Juan Salceda, al señalar: “Fue un excelente candidato, un profesional prestigioso, muy ligado a la ciudad. No me parece justo caerle con el peso de la derrota”.

Reconstrucción y mirada hacia el futuro

Aunque evitó hablar de una eventual candidatura propia, Lunghi (hijo) se mostró enfocado en la gestión municipal y en su rol partidario. “Hoy tengo una responsabilidad en la gestión y como presidente del comité local. Ahora debemos enderezar algunas cuestiones de gobierno, comunicar mejor y llegar lo más fuertes posibles a 2027”, sostuvo.

Por su parte, recordó que su padre aún tiene mandato vigente y que el compromiso sigue intacto. “Me parece muy importante tener en cuenta que vamos a seguir gobernando, es nuestra obligación, nuestro deber, y queremos hacerlo. Vamos a llegar mejor de lo que muchos esperan en el 2027”, aseguró.

Un cierre de ciclo con señales de continuidad

La derrota de Miguel Lunghi marca un antes y un después en la política de Tandil, donde gobernó sin interrupciones desde 2003. Sin embargo, lejos de retirarse, el oficialismo ya comenzó a diseñar un camino para reconstruirse con la mira puesta en recuperar protagonismo en la próxima elección.