

El Atlántico sur sorprendió este fin de semana con una imagen inusual: desde Mar del Plata hasta Necochea, el mar se tiñó de rojo, evocando las antiguas crónicas de navegantes que hablaban de mares embravecidos y misterios insondables. Sin embargo, este fenómeno no tiene relación con mitos ni leyendas, sino con un evento natural. Una marea especialmente alta arrastró una gran cantidad de algas rojas hacia la costa, generando desconcierto y molestias entre los residentes y turistas.
El fenómeno comenzó el sábado y se extendió rápidamente por las playas bonaerenses, acompañado de un fuerte olor salobre debido a la descomposición de las algas. A pesar del desconcierto, los expertos aseguran que no representa un riesgo para la salud.
El doctor en ciencias naturales Adonis Gergi, investigador del Conicet, explicó que no se trata de una marea roja (fenómeno asociado a microorganismos tóxicos), sino de un desprendimiento masivo de algas que habitan en aguas profundas. “Se liberan por el impacto de tormentas o por un proceso natural de senescencia”, señaló Gergi, recordando que episodios similares se han producido en otras ocasiones.
Por su parte, el biólogo Luciano Valenzuela descartó que se trate de una especie invasora. “Son algas nativas que crecen en fondos rocosos. En este caso, la combinación de grandes oleajes y mar de fondo ha provocado su arrastre hasta la orilla”, explicó.