La ciudad de Mar del Plata enfrenta una situación crítica por falta de gas en plena ola polar. Ayer se activó un comité de crisis encabezado por el intendente Guillermo Montenegro, y se tomaron medidas drásticas para garantizar el suministro en los sectores más sensibles como hospitales, geriátricos y centros de salud.
Los primeros problemas comenzaron durante la tarde del miércoles, cuando vecinos de al menos 15 barrios empezaron a reportar cortes. Ante la escalada, la empresa distribuidora Camuzzi emitió un comunicado en el que atribuyó la situación a que “el sistema que abastece particularmente a Mar del Plata no está recibiendo, por parte de terceros, los volúmenes de fluido y presiones necesarias para garantizar la normal prestación del servicio”.
Esto generó una merma en la presión que activó automáticamente los reguladores domiciliarios, dejando a numerosos hogares sin suministro.
Frente al escenario, el municipio suspendió todas las clases —incluida la universidad—, y canceló actividades en espacios deportivos, culturales y de alto consumo energético como las piletas climatizadas. Además, se decretó el cierre obligatorio de restaurantes y cafés durante el turno noche.
Entre las principales resoluciones del comité de crisis figuran:
Corte total del suministro a estaciones de GNC.
Corte del suministro a consumos industriales, incluyendo el Parque Industrial.
Corte del suministro a shoppings y centros comerciales.
Suspensión total de clases y actividades educativas.
Pedido a los vecinos con servicio activo para que moderen el consumo domiciliario.
La ciudad llegó ayer a una sensación térmica de -9,7°C, lo que agrava la situación. La prioridad oficial está puesta en garantizar el abastecimiento a sectores críticos como hospitales, geriátricos y centros de salud.
Desde Camuzzi informaron que Transportadora Gas del Sur (TGS) comenzará a enviar más volumen de gas a la compresora que alimenta el sistema local. Sin embargo, aclararon que la normalización del servicio no será automática: los operarios deberán realizar la reconexión manual casa por casa, una vez que estén dadas las condiciones operativas y de seguridad.
Mientras tanto, crece la incertidumbre entre los vecinos, que deben afrontar las temperaturas más frías del año sin calefacción y con servicios limitados.