Mientras la cúpula del Colegio de Martilleros de Mar del Plata continúa obstaculizando el trabajo de personas que eligen trabajar con empresas que brindan servicios complementarios, los profesionales denuncian que la entidad “hace la vista gorda” respecto de martilleros que fueron procesados por asociación ilícita y que siguen en actividad.
Tal como puede observarse en la web oficial del Colegio de Martilleros Departamento Judicial Mar del Plata, entre los colegiados activos figura Mario Castelao, un martillero investigado por múltiples estafas. Castelao habría participado de una asociación ilícita junto a Adolfo Salvador Salminici (un ex policía hoy fallecido) y sus hijos, Marcelo y Pablo Sebastián (el primero es abogado y apoderado de la administración del edificio Semar XI de la ciudad de Mar del Plata, y el otro es martillero matriculado).
Como quedó demostrado en la Justicia, el 5 de diciembre de 2015, Marcelo Salminici, como mandatario del consorcio de propietarios del edificio Semar XI, junto a su padre Adolfo, administrador del consorcio, promovieron una demanda para ejecutar las expensas adeudadas de una cochera. Al titular de la cochera lo intimaron al pago de la deuda con una notificación enviada a una dirección en la que no vivía y que resultó ser la casa del propio Marcelo Salminici.
De esa forma, para los fiscales Javier Pizzo y David Bruna, desde el consorcio del edificio Semar XI se cometieron al menos ocho estafas con el fin de que los propietarios nunca se enteraran de que les podían rematar la cochera por deudas. En complicidad con Castelao, los Salminici enviaban a remate las cocheras del edificio y luego se las quedaban por precios irrisorios.
En octubre de este año, la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata confirmó el procesamiento de los hermanos Marcelo y Pablo Salminici y de su madre por el delito de lavado de activos, que luego se utilizaron para la adquisición de un inmueble en el macrocentro marplatense, que fue demolido y en su lugar se construyó un edificio de 18 unidades que administraron las personas imputadas.
Según los fiscales, Castelao “incumplió los deberes que le incumbían en carácter de auxiliar de la justicia al no respetar el procedimiento de las subastas como dice la normativa y de ese modo permitir que se consumara la maniobra y resultaran como beneficiarios compradores del mismo grupo familiar”.
En 2017, a partir de la denuncia de uno de los perjudicados por la maniobra, el juez Ricardo Moterisi no sólo revirtió el resultado de los remates, sino que también mandó a los fiscales a investigar la posible existencia de una Liga de Remates.
Esa “liga de compradores” en remates judiciales operó siempre con el aval del Colegio de Martilleros de Mar del Plata. La banda cayó en junio de 2020. Distintos testimonios conocidos durante el juicio oral señalaron que “evidentemente ha habido, cuanto menos, una omisión por parte de las autoridades del Colegio de Martilleros de los últimos 25 o 30 años, que permitieron la instalación de este grupo o la comodidad de este grupo para operar de la manera que lo hacía”.
De hecho, las subastas se desarrollaban en el salón del Colegio de Martilleros. En ese sentido, hace unas pocas semanas, los jueces que confirmaron el procesamiento de los Salminici y su madre en la causa vinculada con el edificio Semar XI coincidieron con el fiscal en la necesidad de profundizar la investigación.
La actual protección del Colegio respecto de Castelao sigue despertando críticas, al tiempo que la entidad que dirige Guillermo Rossi va perdiendo incluso respaldo del propio municipio. Hace unos días, la municipalidad de General Pueyrredón decidió que el Colegio quedara afuera de una subasta online de terrenos fiscales en la ex Villa de Paso por no contar con la tecnología necesaria para realizarla.
Si bien el municipio recurrió al Colegio en primera instancia, para que llevara adelante la subasta, desde la institución indicaron que “no tenían la capacidad ni el soporte técnico para llevar adelante una subasta online”.
“Durante toda la historia de Mar del Plata las subastas se hicieron de manera presencial y con un tipo gritando con un martillo. Llegó el momento de modernizarnos y mejorar la accesibilidad y transparencia en los actos de gobierno”, señaló en ese sentido el concejal Julián Busetti (PRO).
En medio del nuevo conflicto, diversos colegiados también recordaron que el Colegio “nunca se hizo cargo de que su incapacidad para garantizar el correcto desarrollo de los remates permitió que ‘La Liga’ operara a sus anchas durante años”.